El día después del día de la Amistad…

Que sigan las ganas de saludarse y expresarse los buenos deseos.
Que sigan las ganas de querer compartir cara a cara.
Que sigan las ganas de darse un abrazo.
Que sigan las ganas de recordar las anécdotas en grupo y reírse de ellas.
Que sigan las ganas de regalar eso que sabés que la otra persona adora.
Que sigan las ganas de amar, de dar cariño sincero, de extender una mano, de secar unas lágrimas, de decir un: Te quiero.
El día después del día de la amistad, que sigan las ganas de mostrarse amigo.

         ¿POR QUÉ…?

Porque saludarse y expresarse buenos deseos, genera empatía y ponerse en el lugar del otro, nos hace mejores personas.

Porque compartir cara a cara con los demás, nos da cercanía y eso nos hace parte de un mundo humano, con sentimientos más reales.

Porque dar un abrazo reconforta, reactiva, nos hace sentirnos amados, queridos, acompañados.

Porque recordar las anécdotas ya seas buenas, malas o simpáticas, nos trae a memoria quiénes fuimos, quiénes somos y hasta dónde hemos llegado. Y esto es bueno.

Porque regalar sin esperar nada a cambio es un hábito que nos hace cada vez menos egoístas y se siente bien.

Porque seguir amando y demostrando cariño el día después del Día de la Amistad, es lo que hace que esa Amistad se mantenga a lo largo de los años en las buenas y en las malas.