4 orígenes del enojo

¿Alguna vez tomaste conciencia de cuánto te afecta el “enojarte”? ¿Arruinó tu día una vez un “enojo”? Hoy, desde Ser Positivo, abordamos el tema para que luego, puedas auto analizarte:

VOS… ¿CÓMO ACTUÁS CUANDO SENTÍS ENOJO?

ACCIONES APROPIADAS REACCIONES INAPROPÍADAS
¿Usás palabras diplomáticas y compasivas?

¿Tomás en cuenta la opinión del otro?

¿Querés ayudar al que te hace enojar?

¿Te fijás primero en sus propias faltas?

¿Tus expectativas hacia los demás son realistas?

¿Tu actitud es flexible y de cooperación?

¿Olvidás pronto las injusticias?

¿Usás palabras sin tacto y condenatorias?

¿Solo te interesa tu propio punto de vista?

¿Querés castigar al que te hace enojar?

¿Te fijás solo en la falta de los demás?

¿Tus expectativas son irreales?

¿Tu actitud es inflexible o no cooperás?

¿Te cuesta trabajo perdonar las injusticias?

LOS CUATRO ORÍGENES DEL ENOJO

  1. Dolor: El corazón fue herido. Todos tenemos la necesidad íntima de recibir amor incondicional. Cuando se nos rechaza o se nos hiere, estallamos en ira, la cual es como un muro protector que impide el paso a las personas y evita más heridas. 2. Injusticia:
  2. Cuando se violan derechos. Todos tenemos un código moral interno que establece el sentido de lo correcto y justo y lo que no. Cuando percibimos que se cometió una injusticia en nuestra contra o en contra de los demás, nos enojamos (especialmente cuando se trata de alguien a quien amamos). Si nos aferramos a la ofensa, la ira sin resolver crece y se anida en el corazón.
  3. Temor: Amenaza sobre tu futuro. Todos fuimos creados con la necesidad de vivir en seguridad. Cuando nos preocupamos, nos vemos amenazados o nos enojamos, estamos respondiendo al temor. Un corazón amedrentando desconfía del plan perfecto para su vida.
  4. Frustración: Nuestro desempeño no recibe aprobación. Muchas veces anhelamos ser reconocidos. Cuando los esfuerzos no cumplen con nuestras expectativas o la de los demás, se ve amenazada nuestra necesidad de sentirnos importantes.

Solo si solucionamos los problemas de origen, vamos a solucionar el enojo y librarnos de la terrible consecuencia que conlleva que dejemos que nuestro corazón se contamine y brote en él una raíz de amargura.

Fuente: Lic. Reneé Pereira | Psicólogo

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