¿CÓMO DESARROLLAR VALORES EN LOS HIJOS?
- Tenga un criterio sobre el bien y sobre el mal: En un estudio publicado por una universidad, una joven de 17 años confesaba: “Algo que reclamo de los adultos es que han renunciado a la responsabilidad de enseñarnos la diferencia entre el bien y el mal”. No podemos darnos el lujo de que los niños crezcan sin un mentor que les muestre el camino. Ellos necesitan nuestra guía y orientación como padres, y para esto debemos tener un claro criterio sobre lo que es bueno y es malo.
- Ensaye con ellos cómo elegir la bondad: Invierta tiempo con sus niños en enseñarles cómo lograr diferenciar entre lo bueno y lo malo, lo que conviene y no. Llegará el día en que saldrán de casa y se enfrentarán a un mundo grande y amplio. Conocerán a personas que tienen valores distintos a los suyos. Entre tanta variedad, tendrán que hacer su propia elección.
- Eduque en valores, pero no los imponga: Por ejemplo, no pueden simplemente decir a sus hijos que no mientan, pues elegirán no mentir al aprender el valor de la honestidad partiendo de que nosotros lo modelamos con nuestra vida. Los valores no se imponen, sino que se modelan. Se aprenden mediante el contacto frecuente y prolongado con el modelo.
- Haga de los valores un hábito cotidiano: Los niños captan todo lo que perciben a su alrededor. Los valores se modelan en el diario vivir, al acostarnos, al levantarnos, en la mesa, en el auto, al discutir. Enseñamos valores cuando resolvemos un problema, hacemos frente a un conflicto o nos dedicamos a los asuntos más insignificantes en la casa o el trabajo. Esto nos demanda una conducta coherente con los principios que enseñamos aún en la cosas cotidianas.
- Busque la congruencia en su estilo de vida: Si alguien nos pide una razón por la que debemos vivir los valores que pretendemos enseñar a nuestros hijos es porque ellos, en silencio, nos anuncian: “Un día… yo seré como tú”. ¿Por qué es importante cuidar nuestro estilo de vida? Porque un día, ellos no serán el discurso que les hemos dado, sino la vida que han visto en nosotros.
- Pida perdón por la falta de congruencia en su propia vida: Cuando nuestros hijos perciben en nuestras vidas la existencia de notables contradicciones, comienzan a transitar por el camino de la rebelión. Por eso, no hay, en realidad, nada más sanador que la humildad de un padre o una madre dispuestos a pedir perdón a sus hijos por los errores cometidos.
- Fomente una relación profunda con sus hijos: El aprendizaje de los valores se da en el marco de una relación y necesita de una relación sincera que despierte confianza. Logramos enseñar valores solo dentro del marco de una relación profunda, porque ellos deben saber que estamos disponibles cuando nos necesiten. Por eso, invirtamos tiempo en los hijos. El simple hecho de estar juntos, reír y jugar, de tomar un tiempo para hacer la tarea o los quehaceres domésticos en equipo, rendirá mucho fruto. También podemos invitarlos de vez en cuando a que nos acompañen a nuestro trabajo para que observen lo que hacemos. Lo que aquí se precisa es una perfecta combinación de calidad y cantidad de tiempo, en el que se brinde contacto físico, verbal y emocional.
¿En qué beneficia a un país tener hombres y mujeres heroicos en mantener sus valores? Sucede que esas personas no se rinden, no se conforman y no se dejan corromper por nada.
Ya lo había dicho Barak Obama “Nuestros desafíos podrán ser nuevos. Las herramientas con que les hacemos frente podrán ser nuevas. Pero los valores de los que depende nuestro éxito: el trabajo duro y la honestidad, la valentía y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad y el patriotismo, esas son cosas viejas. Esas son cosas verdaderas. Y ellas han sido la fuerza silenciosa detrás de nuestro progreso durante toda nuestra historia”. La esencia de los héroes de hoy que conservan sus valores, está en ese párrafo.
Recuerde: “Los valores no mueren, permanecen, y se transmiten de persona a persona y de generación en generación” Sixto Porras.