¿Falta de dominio propio? Tips para no perder el control con la Familia

“Dominio propio”, tan fácil decirlo ¿difícil demostrarlo? Especialmente cuando estamos en familia y nos expresamos sin filtro. Sin darnos cuenta estamos revelando además de nuestra falta de “dominio propio” nuestra poca tolerancia a la frustración; y por si fuera poco, nos estamos acostumbrando a comportamientos tóxicos dentro de la casa. Algunos podrían ser:

  • Gritar al pedir las cosas.
  • Reaccionar de manera nerviosa todo el tiempo.
  • No saludar al llegar.
  • O incluso no decir “gracias”, “por favor”, “permiso”.

Sucede tantas veces que no nos damos cuenta. ¿Es esto una poca destreza para manejar la frustración que sentimos incluso al estar fuera de casa? ¿Volcamos nuestro enojo o mal humor sobre los miembros de nuestra familia? 

Llevemos a la práctica estos tips de Sixto Porra:

  1. Reconocé los momentos y las situaciones que te producen frustración:

    Cuando estamos bajo altos niveles de estrés, tendemos a levantar la voz y sentirnos irritables. Cuando tenemos mucho trabajo pendiente, nos angustiamos y esto podría llevarnos a la frustración, asumimos un comportamiento irritable y, con mucha facilidad, podemos perder la paciencia. Por eso, debemos diseñar una estrategia que nos permita canalizar correctamente el cansancio, el estrés, la frustración y la angustia.

  2. Establezcan en familia un pacto de respeto mutuo: Generá el espacio necesario para que la persona que está experimentando frustración pueda descansar, reflexionar y ordenar sus ideas y emociones. El secreto para mantener la armonía familiar, es recordar que seguimos juntos, que nos amamos y esto implica cuidar la línea del respeto.

  3. Verbalizá lo que sentís: Es necesario decir: “Estoy cansado”, “estoy frustrado”, “estoy viviendo un momento difícil, no es un tiempo para hablar de este tema”, “no hablemos en este momento”. Verbalizar lo que se siente y cómo se siente, ayuda a ordenar las emociones. Para la persona que asume el rol de escuchar los sentimientos, es necesario que lo haga sin juzgar, ni criticar. No menosprecie las causas por las que la otra persona está experimentando frustración. No podemos minimizar los sentimientos de la otra persona. Lo que los demás sienten es importante, por eso merecen ser escuchados y respetados.

  4. Tomate el tiempo necesario para tranquilizarse: Pida un espacio para reflexionar, absténgase de hablar bajo los efectos del enojo; camine, respire profundo. Esto ayuda a poner en orden lo que se piensa y lo que se siente. Este espacio da la oportunidad de ver todo de una mejor forma, de expresar lo que se siente sin herir, de hablar con uno mismo y de buscar formas de liberar tensión de manera saludable.

  5. Dialogá con amigos/amigas: Los buenos amigos pueden ayudar a interpretar lo que se está sintiendo y pueden enriquecer tu criterio. Alejate de quienes te hacen daño alimentando el enojo o la frustración. Conversá con quienes te ayuden a crecer como persona.

        Y por último: Si no podés lidiar correctamente con la frustración, buscá ayuda profesional.               Priorizá tu bienestar y la de tu familia. 

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