Muchas veces, pensamos y estamos convencidos de que nos cuidamos. Porque vamos al gym, porque comemos más a menos bien, porque tomamos nuestros dos litros de agua diarios. Sin embargo, la mayoría de las veces, olvidamos cómo tratarnos bien.

¿Cómo solés hablar de vos mismo? De qué manera te describís o te nombrás ante los demás? ¿Cuánto valor te das a vos y a tus acciones, logros, pasos?

¿Qué palabras específicas utilizás para quejarte cuando algo no te sale como esperabas? ¿Qué insulto te dedicás cuando te equivocás? (Hay algunos que solemos repetir mecánicamente. Identificá el tuyo)

¿Cuántas veces por semana o por mes te dedicás un momento para vos? Una tarde libre, una sesión de masajes o de aquello que podrías hacer para agasajarte. No tiene que ser un motivo especial, es simplemente, dedicarte mayor atención, recordando lo qué te gusta y lo qué te hace sentir bien.

¿Cuántas veces sentís que terminás destinando tu tiempo libre a relaciones y amistades que ya ni siquiera recordás bien porque se mantienen unidas?

Elegí cómo pasar tu tiempo, hablá y pensá bien sobre vos, siempre honrándote y teniéndote paciencia, porque seguramente lo estás intentando. Y si no es así, entonces trabajá con tu voluntad, pero nunca con tu desmerecimiento.

Tratate como tratarías a las personas que amás.