Un equipo internacional de neurólogos publicó un estudio que muestra cómo la falta de sueño altera la capacidad de las células cerebrales para interactuar y comunicarse. En otro reciente estudio, investigadores de la Universidad de Pensilvania descubrieron que una siesta moderada por la tarde coincidía con mejoras en la capacidad de pensamiento y memoria de las personas. Por otra parte, un estudio publicado por el Journal of the American Geriatrics Society, se centró en 3,000 personas mayores en China y examinó que quienes estaban más inclinados a tomar siestas breves se desempeñaban mejor en las pruebas de capacidad mental.
6 MOTIVOS PARA HACER UNA SIESTA
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Una siesta ayuda a disminuir el estrés y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
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Facilita el aprendizaje. Quienes duermen la siesta rinden más por las tardes y aumentan en un diez por ciento su capacidad de aprendizaje. El sueño, dicen, permite afrontar nuevos conocimientos y fijar los ya adquiridos. Sería algo así como resetear el cerebro.
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Aumenta la concentración. Existen numerosos estudios que demuestran que la siesta (incluso de seis minutos) contribuye a mejorar cualquier tarea que suponga recordar listas de palabras o de objetos.
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Estimula la creatividad. La siesta aumenta la creatividad o, al menos, estimula la actividad de la zona del cerebro (el hemisferio derecho) que se asocia con esta capacidad.
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Mejora los reflejos. Un estudio de la NASA a 747 pilotos demostró que aquellos que dormían una siesta diaria de 26 minutos tenían un 34% menos errores en el trabajo y duplicaban sus niveles de alerta.
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Mejora el estado de ánimo. La serotonina es un neurotransmisor que regula el sueño, el apetito y el estado de ánimo. Y dormir inunda nuestro cerebro de serotonina, lo que nos proporciona una sensación de satisfacción y bienestar.