Ser tu propia Madre

Quizás la ames y te enorgullezcas de tenerla o, tal vez, no te guste mucho y no entiendas sus decisiones y sus acciones.  Sea como sea, gran parte de nuestra sanación como mujeres viene de la mano de aprender a honrarnos a nosotras mismas, de tratarnos como tratamos nosotras a esas personas que amamos mucho.

Animate a ser tu propia madre y cuidá de vos embelleciendo y expandiendo tu vida. Llevate a pasear, date tiempo y perdonate, abrazate para recordar la importancia de siempre brindarte amistad y respeto a vos misma.

Aprendé a curarte, investigando lo que te hace bien, volviendo a conectar con la tierra, con el agua, con las plantas, con el viento. Date el espacio que le pedís a los demás y el cual admirás en esas personas que te inspiran.

Celebrate, poné esa música que te energiza, ese vestido que te hace sentir hermosa y conquistadora de oportunidades y valentías. Leéte antes de dormir y arropate para descansar bien tibia.

Honrá tus cambios, tus mareas, arrimate a la luna que cicla en vos descubriendo tus tiempos de accionar y tus tiempos de contemplar. Date amor a través de tus manos capaces de crear y calmar.

Hoy, antes de decirte cualquier cosa a vos misma, intentá hablarte cómo le hablarías a alguien a quien respetás plenamente.

 

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