4 maneras de ayudar a los demás

Sixto Porras es un consejero familiar que explica que, cuando creemos que podemos alcanzar lo que soñamos surge la esperanza, la esperanza alimenta los sueños y crea ilusión por el futuro; pero es esa esperanza la que produce alegría y genera expectativa por el mañana. La esperanza es producto de una actitud positiva ante la vida y produce beneficios en todo sentido: genera ilusión, nos pone a caminar y saca lo mejor de nosotros. Cuando la persona tiene esperanza, posee más probabilidades de alcanzar las metas propuestas y aumenta su posibilidad de obtener mejores resultados.

Pero, por otro lado, comenta que la esperanza se desvanece poco a poco cuando estamos en ambientes rodeados de descalificación o de agresión. Por eso, si queremos realmente dar esperanza a los que amamos, debemos dejar de criticar y hacer de menos a los demás.

¿Cómo hacemos crecer la esperanza en los demás?

1. Inspirando a los demás: La mejor forma de inspirar confianza, fe y esperanza en los demás es cuando ellos nos ven caminar con ilusión, nos observan proponernos metas y elaborar los planes necesarios para alcanzar objetivos.  

2. Ayudando a los demás a descubrir su potencial: Es imposible tener esperanza cuando uno no sabe en qué es bueno, por eso, la mejor forma de contribuir con los demás para que tengan esperanza, es ayudarles a enfocarse en sus fortalezas.

3. Ayudando a los demás a definir sus metas: Una persona sin esperanza siente que no vale la pena intentar nada y no se propone metas que lo muevan a la acción. Quien se plantea metas en la vida aumenta su nivel de motivación interna, pero matamos la ilusión por la vida cuando imponemos nuestras metas a los demás en lugar de ayudarles a descubrir su propia ruta a seguir. 

4. Inspirando confianza en los demás: Todos necesitamos confianza y esta se alimenta cuando los demás valoran nuestras habilidades. La confianza surge al valorar la capacidad que tenemos para alcanzar lo que nos hemos propuesto. Es lo que nos impulsa a decir: “Tengo un plan, y lo voy a lograr”. Pero, para inspirar confianza, es bueno delegar responsabilidades, aplaudir los éxitos y animar en los momentos difíciles a las personas que nos rodean.

Todos necesitamos buenas personas a nuestro lado, por eso debemos ser la persona correcta para los demás. Dos pueden más que uno, porque si uno se equivoca el otro le puede corregir; si uno se debilita el otro le puede afirmar; si uno cae, el otro le puede levantar; si uno duda el otro le puede afirmar; si uno llora, el otro le puede consolar; si uno se cansa, el otro le puede animar; si uno es atacado, el otro le puede defender.

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