Cambiar, siempre empieza por nosotros y la pareja no es una excepción. Si estás notando que la convivencia no fluye tanto como debería, te compartimos algunas claves que pueden ayudarte a mejorarla:

Activá vos: Más allá de que las interferencias casi siempre son de a dos, si notamos que necesitamos ajustar un poco los pactos, tomemos nosotros la iniciativa. Elegí un buen momento para ambos y expresá lo que estás sintiendo.

Comuníquense: Todos necesitamos comunicarnos y tu pareja también. Pueden disponer de un día a la semana para conversar juntos acerca de lo que ambos sienten que necesitan mejorar o para plantear algún tema que tenga que ver con sumar calidad a la relación. Hablar nos libera, nos ayuda a relacionarnos mejor, evitando acumular tensiones que luego estallan por motivos impensables.

No te conviertas en el enemigo: Una de las cosas que más nos cuesta en la convivencia es el evitar decirle al otro qué hacer o cómo hacerlo. Y es que, al estar tan cerca o compartiendo tanto, es inevitable no registrar hábitos que nos molestan o que esperábamos que se hicieran de otra forma. Pero esto no justifica que nuestra neurosis personal nos convierta en el peor enemigo de nuestra pareja. Hoy, antes de reclamar algo a nuestra pareja, hay que revisar, por un segundo, si realmente es tan grave que haya dejado la taza donde no iba o si es solo cuestión de tolerancia y aceptación. Flexibilicemos nuestros mandatos, mientras sea posible.

Elaboren juntos un enfoque: Una opción válida y suave para mejorar la convivencia es la de sentarse a crear juntos una lista de aspectos en los cuales, los dos, sienten que deben esforzarse o ser más tolerantes. Establezcan propósitos de trabajo mensuales o semanales y asegúrense de cumplirlos con tranquilidad y compañerismo, siempre recordando por qué vale la pena este esfuerzo.